lunes, 29 de octubre de 2007

La guinda no se mancha


Por F. Cesar Oviedo
Estamos llegando a fin de 2007, un año con mucha actividad deportiva de todos los niveles. Pero lo que sorprendió a todo el país, y también al mundo, fue el fenómeno “Pumas”, el equipo argentino de rugby que logró un tercer puesto en el Mundial jugado en Francia.
Argentina, un país muy futbolero, está dejando por estos días un lugar a este deporte no muy reconocido por muchos. A partir del fervor despertado por la selección de Los Pumas se ha hecho conocer en un país donde siempre depende del resultado final para tomar conciencia de los grandes deportistas que, sin apoyo oficial, deben traspasar las fronteras del Viejo Mundo para ser reconocidos y apoyados como se merecen.
Seguramente dentro de quince días ya no se hablará mñas de rugby y todo volverá a la normalidad para que en el país siga rodando en torno al fútbol. Un deporte muy popular en nuestro país, con el cual unos pocos empresarios manejan a su parecer el rumbo de la pelota, la cual “no se mancha”.

Pumas: ¿fenómeno pasajero? (por Abel Acosta)


Una vez mas un deporte logró unir al pueblo argentino, y otra vez no fue el caso de la selección de fútbol. Así como sucedió en otras épocas con la Copa Davis, con Las Leonas, con la selección de basquet, y hasta con los famosos “Dogos” (la selección de fútbol gay). Pero esta vez fue el turno del rugby, ese gran deporte considerado por algunos como perteneciente a las clases altas.
La selección argentina de rugby, mundialmente conocida como Los Pumas, marcó un hito en la historia del deporte nacional. La participación del seleccionado en el ultimo Mundial realizado en Francia dejó a todo el mundo anonadado y sorprendido con el tercer puesto que obtuvieron, dejando en el camino a grandes rivales, entre ellos al local en dos oportunidades, a Irlanda y Escocia.
Y así como sucedió con ellos, se marcaron distintas modas tales como... la familia reunida viendo el partido con Namibia, el típico desinformado preguntando: "Viejo, ¿cómo salieron Los Pumas?", cuando en realidad nunca supo que jugaban al día siguiente.
Las casualidades de la vida por las que, de repente, todo el país sabe lo que es un scrum, un maul o un drop. Gente caminando por la calle con remeras de Los Pumas (preferentemente antiguas, para que los demás pensaran que son fieles seguidores), chicos jugando en la plaza a ser un Pichot o un Hernandez, o imitando a un Corleto marcando un try, nuevas camadas de rugbiers influenciados por esta moda yendo al primer club que encuentran para practicar este juego.
Todos estos “logros” se dieron, de distinta manera, con los fenómenos pasajeros mencionados anteriormente. Pero hubo algo por lo que hace suponer que esta vez no será algo pasajero y que perdurara por largo tiempo. Esta selección dejará marcada la historia del fútbol. ¿Por qué en fútbol? Como todos saben el superclasico, River-Boca o Boca-River, es el mayor espectáculo que se vive en el país y uno de los mas atrayentes en el mundo, y lo que lograron los muchachos del rugby, que no logro nunca ningún otro fenómeno pasajero, es que se pasase de horario este encuentro, algo insólito que nunca había sucedido por ningún otro hecho.
Por solo esta pequeña diferencia con los demás “fenómenos pasajeros” hace suponer que esta nueva moda del rugby y de Los Pumas durará un largo tiempo, por lo menos hasta que el fútbol vuelva a ocupar su lugar y vuelva a provocar lo que nos hicieron sentir y vivir en este ultimo tiempo los dirigidos por Loffreda.


Los Pumas y un punto de partida (por Nelson Ledesma)


Es difícil imaginar que el rugby pasará a ser el deporte número uno en la Argentina. Nada hace pensar que el fenómeno “Puma” va a ocupar el lugar del fútbol. Pero sí podemos hablar de un punto de inflexión, de un mojón en la historia del rugby.
Un éxito deportivo, el hecho de ser el tercer equipo del mundo, seguramente atraerá adeptos, algunos que quieren saber más del tema, o que fueron seducidos por las lágrimas de un “gordo” al momento de “gritar” el Himno.
Por estos tiempos, otros deportes ya tuvieron ese estado de gracia y que contó con figuras que además de su talento tenían y tienen carisma. El voley con Milincovick, el básquet con Ginóbili, o el tenis con Nalbandian. El rugby contó en este Mundial con figuras reconocidas (Pichot, los Conteponi) y valores emergentes de igual o mayor calidad que los antes nombrados(Hernández) ; pero hay un factor que lo puede hacer más sólido como deporte de mediana o gran convocatoria: la identificación que Los Pumas lograron con la gente a base de garra y espíritu.

Los Pumas, ¿moda o furor? (por Jacqueline Santucho)

Meses atrás nadie se imaginaba que hoy todo el país estaría hablando de rugby.
Si bien Los Pumas no consiguieron traerse la Copa del Mundo desde Francia, lograron dejar en claro que tuvieron y tienen la garra suficiente para estar arriba de otros países haciendo historia, llegando a semifinales por primera vez en la historia y venciendo a grandes equipos como a Francia, el anfitrión.
Quizás fueron esas las razones que motivaron que toda la argentina viva este fenómeno “Puma”.
Pero ¿ese furor es pasajero o se instalará para siempre en los corazones argentinos? Está en ellos y en Los Pumas que vendrán si este fenómeno continuará o sólo será algo fugaz y, por qué no, también en si los medios de comunicación seguirán de cerca el camino que la selección de rugby tomará de ahora en adelante y valorarán su desempeño, contrastando las actuaciones que otras selecciones, como la de fútbol, tengan cuando representen al país.

¿Qué será de Los Pumas? (por Pablo Ale)

Pasaron a ocupar un lugar importante en la historia, se consagraron terceros en el mundo luego de derrotar nada más ni nada menos que a Francia, el local. Se logró adelantar el horario del superclásico, ocuparon un espacio importante en las tapas de los diarios y toda la prensa especializada habló de ellos, pero: ¿habrá sido un hecho pasajero?, ¿hasta cuándo se recordará esta gran hazaña?.
Lo cierto es que por estos días ya se están olvidando de aquel 19 de octubre que para Argentina, si bien estamos hablando de un deporte no tan popular como el fútbol, fue muy meritorio.
Más de mil almas se unían, partido tras partido, para entonar las estrofas del Himno Nacional y dejaban caer, en cada estrofa una lágrima, esa lágrima que dejaba muestra del sentimiento y la emoción que significaba luchar para conseguir algo que para muchos era imposible, pero que a fuerza de garra y corazón se podía conseguir y se consiguió, quedar terceros en el mundo detrás de dos grandes potencias mundiales como lo son Nueva Zelanda y Sudáfrica.
¿Qué será de ellos? ¿Hasta cuándo serán recordados? Una pregunta difícil de responder que sólo el tiempo sabrá la respuesta.

Papá del norte (por Enrique Barrionuevo)


No importa el presente, ni el lugar. Se está haciendo una costumbre. Es así, “el Lobo” Jujeño, juegue donde juegue, y cómo juegue, siempre se las ingenia para ganarle al “Sabalero”.
Esta vez fue por la fecha 14, con un cabezazo de Gabriel Loeschbor cuando faltaban cinco para el final. Así, los dirigidos por Mario Gómez se llevaron los tres puntos del “Cementerio de los Elefantes” e hicieron entrar en un mar de dudas y en un principio de crisis a Colón (y no es la única vez).
“Esta vez tuvimos suerte”, fue la explicación que encontró el DT del equipo del norte para describir el partido.
Los dirigidos por Leo Astrada (que se fue insultado por los plateístas) buscaron y no ligaron, y un descuido en un tiro libre se pagó caro.
A Gimnasia le queda bien darse una vueltita de vez en cuando por Santa Fe, e invitar a Colón a “la Tacita de plata” también.
El futuro se ve auspicioso para el albiceleste: se ubica 10º, la tabla del descenso se va olvidando y las ganas de que el norte argentino siga latiendo siguen intactas.

El peor del grado (por Marcos Pino)


Hoy en Argentina, ganar en La Bombonera o en el Monumental dejó de verse como un hecho utópico para aquellos equipos que recién ascienden, tienen jugadores de menor calidad o no se ubican en una buena posición en la tabla.
Esto hizo que el futbolero vuelva a las canchas para ver un partido, sabiendo que su equipo puede ganar o perder con el peor del grado.
Ahora, sí que hay más adrenalina.

El de Primera es de "primera" (por Bruno Montali)


Hace años que espero un campeonato así, donde todos tengan oportunidades y donde los grandes no se disparen. Un torneo atractivo en el que cualquiera puede ser campeón.
Este torneo es magnífico porque hay muchos candidatos, y porque el acostumbramiento de ver a River y Boca en la cima se ha pasado de moda.
Es lindo saber que todos los recién ascendidos son ya un recuerdo, que los pronósticos son ilógicos e inesperados y que Tigre y Lanús son los principales protagonistas.
El torneo está bárbaro, las canchas se siguen llenando, el público todavía se tiene confianza y todos se ilusionan con ser campeones. Campeones... una palabra que para ellos, los más chicos, era impronunciable hace meses atrás.